Por el camino jacobeo llamado Ruta del Norte, entrando por Hendaya, que pasa por Euzkadi y Cantabria se puede llegar hasta La Liébana y su centro administrativo y religioso, Potes. Para ello se puede contar con las guías y servicios que señalan esta ruta, publicadas por las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago de Euzkadi, de Cantabria y de Asturias. La Liébana es una región del suroeste de la actual Cantabria, y que fue hasta el siglo XIX región leonesa (en 1825 se hace la división de España en provincias) y hasta el año 1956 permaneció dentro de la diócesis del obispado de León, una parte, asignándose la otra al obispado de Palencia. La región está centrada administrativamente en torno a la villa de Potes y religiosamente centrada en el monasterio de Santo Toribio de Liébana. En Potes confluyen ríos que forman hermosos verdes valles: Cillórigo o Camaleño con el río Deva, Cereceda con el río Quiviesa, Valdeprado o Pesaguero con el río Bullón. Estos ríos proceden de la cordillera Cantábrica, que se comunica con la meseta castellana por el Puerto de Piedras Luengas en Palencia y la leonesa por el Puerto de San Glorio y Pandetrave en León y con los famosos Picos de Europa con Asturias y las dos regiones anteriores.
Claustro: Santillana del Mar
Desde Santander, Torrelavega, Santillana del Mar, donde puede visitarse la monumental villa con las Cuevas de Altamira (desde el año 2001 Neocueva y Museo de Altamira), la Colegiata y su urbanismo típico, señorial y heráldico, se llega a Comillas, San Vicente de la Barquera, Unquera, Panes y el desfiladero de La Hermida, para adentrarse en La Liébana, ruta que siguieron los peregrinos tanto para ir a Santo Toribio, como para llegar a Compostela.
Los valles esconden monumentos y lugares como el Desfiladero de La Hermida, la iglesia mozárabe del siglo X de Santa María de Lebeña, la iglesia románica de Santa María de Piasca, Santo Toribio de Liébana, antigua fundación mozárabe de San Martín, y la villa de Potes.
Santa María de Lebeña fundada en el siglo X, dedicada a San Salvador, Santa María y San Román, ofrece formas mozárabes con modillones y originales arcos de herradura, escultura románica y además una gran estela cántabra en forma de rueda solar, tan abundantes en Cantabria.
Santa María de Piasca también es una fundación del siglo X con comunidad dúplice dedicada en principio a San Fructuoso. Actualmente es una iglesia románica del siglo XII con importantes esculturas románicas en la fachada y capiteles de bella técnica y temática e imágenes barrocas procedentes de retablos, de gran interés.
Se entra en Potes (Pontes), que bien merece una larga estancia en su centro hostelero o en su magnífico albergue, para visitar uno de los más bellos conjuntos monumentales de arquitectura civil, y declarada en el año 1983 Conjunto Histórico.
DE POTES A ESPINAMA
Comenzamos la Ruta Vadiniense en Potes por ser esta la población en la que están los servicios para los peregrinos, ya que, en realidad, la Ruta Vadiniense comienza en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, a tres km de Potes, donde termina el Camino Lebaniego.
El primer documento escrito donde se hace referencia a la villa de Potes es del 28 de marzo del año 847, en el que se cita a la «strata publica qui discurrit ad Pautes…». En los orígenes de esta villa aparece singularizada una institución monástica, la iglesia de San Vicente, cuya primera mención documental corresponde al año 947 y sobre la que en 990 se ceden bienes a través del abad Martín de Santo Toribio de Liébana; se manifiesta, por tanto, su dependencia del importante monasterio de Santo Toribio. Ya en el siglo X Liébana se había configurado como un distrito administrativo regido por un conde. En el Becerro de las Behetrias (1351) aparece ligada ya a la villa de Potes la figura del poderoso personaje don Tello, hijo de Alfonso XI, quien había obtenido por concesión real el señorío de Liébana y aquella merced que en 1371 confirmaba a su hijo y sucesor Juan Téllez de Castilla. La disputa es en torno a los derechos de Juan Téllez a través de los descendientes del segundo matrimonio de su mujer, doña Leonor de la Vega, con Íñigo López de Mendoza, segundo marqués de Santillana, y los descendientes del primer matrimonio de ésta: Aldonza de Castañeda y su marido. Con el decreto de Juan II (1444-45), el territorio pasa a manos del Marqués de Santillana, que posteriormente adoptará el título de Duque del Infantado. Ya en 1449 está documentada la entrega de la casa fuerte de Potes a Leonor de la Vega, que había sido secuestrada por el bachiller García Gómez en nombre del rey hasta que se solventasen las disputas señoriales. El linaje de los Mendoza confirmará a Potes como capital de Liébana, que fue administrado desde la gran torre que mandaron construir en el centro de la villa.
Potes es rica en arquitectura religiosa, como la iglesia vieja de San Vicente de estilo gótico, del siglo XIV; aunque con abundantes añadidos y reformas posteriores. En origen constaba de una única nave, de cuatro tramos separados por contrafuertes en el exterior y por machones en el interior. Tiene una capilla con bóveda de cañón en el lado del Evangelio. Declarada Bien de Interés Cultural en el año 2000, la fachada principal, orientada al sur, presenta una puerta con arco apuntado y varias ventanas, también con el arco apuntado, todas ellas con molduras sobre rosca. Una característica reseñable sería su austeridad decorativa, tanto en la portada como en los vanos y pilares. A la primitiva iglesia se le fueron añadiendo elementos, como la capilla mayor, de planta cuadrada y bóveda de crucería simple octopartita, de finales del XV o principios del XVI. En esta centuria se realizaron la sacristía, al sur de la nave mayor, y la torre, adosada al hastial occidental, con estructura gótica aunque con troneras en arco de medio punto. En el XVII debió de concluirse toda la fábrica añadiendo, en la fachada norte tras la torre, otra nave de cinco tramos cubiertos con bóvedas de crucería de cuatro y ocho plementos y otras estrelladas de diversa complicación. Se la conoce como Capilla de San Felipe Neri y se utiliza como sede del Centro de Estudios Lebaniegos. Durante las obras de saneamiento de Potes se localizó un cementerio medieval con tumbas de lajas asociadas a la iglesia.
Tras la desamortización (1836) y ante el crecimiento demográfico de la villa, se inició la construcción de una nueva iglesia, un edificio de gran tamaño pero de poco valor artístico. Conserva varios retablos barrocos procedentes del antiguo convento dominico de San Raimundo, así como dos grandes lienzos de interés.
Dicho convento de San Raimundo, hoy transformado y modificado, conserva la fachada y el claustro, sencillo, con arcos de medio punto de tipo herreriano, tal vez del siglo XVII – XVIII. Se aprecia una lápida sepulcral sacada del suelo y diversos escudos modernos. Frente al monasterio de dominicos se halla el convento de jesuitas del siglo XVIII, con una impresionante portada con el escudo de Linares, hoy convertido en restaurante-cafetería y tienda.
Además, en este municipio se levantan varias ermitas de interés. La ermita de la Virgen del Camino, situada en el barrio de La Serna, fue edificada en 1777, según reza la inscripción, y presenta una importante labor de cantería en su portada. Junto al puente que lleva su nombre, la capilla de San Cayetano, pequeña construcción del siglo XVII con enrejado de madera que pertenece a la casona de los Bustamante, guarda un precioso retablo barroco. No obstante, la ermita que mayor devoción despierta entre los vecinos es la de la Virgen de Valmayor, ubicada en la ladera de la montaña al sur de la villa. Su origen se remonta al siglo X, aunque la actual fábrica es del siglo XVIII.
Dentro de la arquitectura civil, la villa de Potes conserva en multitud de rincones, a pesar de los destrozos ocasionados por los incendios durante la Guerra Civil, la huella de un rico pasado, que se descubre a cada paso. Por esto se la declaró en 1983 Conjunto Histórico.
Sin duda, el edificio más emblemático y representativo de la historia de Potes es la torre del Infantado, una de las torres más señeras de la arquitectura cívico-militar de la Baja Edad Media en Cantabria, construida en el siglo XV y perteneció primero a Orejón de la Lama y luego al Marqués de Santillana y Duque del Infantado. Cumplía funciones estratégico-militares y fue el principal testigo de las luchas por Liébana. Se trata de un edificio de mampostería, salvo esquinales y vanos, de planta cuadrada con cuatro pisos y azotea, se remata por una cornisa apoyada en modillones que sostenía una barbacana corrida.
Conserva cuatro pequeñas torres cúbicas almenadas en cada esquina. Se accede a ella por una alta escalinata y a través de una puerta con arco apuntado, estando dominada por balcón corrido con ventanales enmarcados en alfiz. En los muros de la torre se pueden observar varios vanos, de reducidas dimensiones, con ventanillas ajimezadas de arco escarzano, propias de un edificio defensivo.
En la actualidad, tras una larga y costosa reconstrucción del interior, es la sede de una exposición permanente sobre el Beato de Liébana que se podría considerar un centro de interpretación de la obra.
Al pie de la torre se encuentra el Albergue de Peregrinos de Potes. Unos bajos dedicados a hostelería, con dificultades para su legalización, se reconvirtieron en un acogedor albergue, perfecto para coger fuerzas en el inicio de la Ruta Vadiniense, máxime si ya has realizado el Camino Lebaniego y decides continuar hasta Santiago.
Cerca de la torre del Infantado se sitúa la de Orejón de la Lama, otra vieja y bella torre aprisionada entre fachadas. De planta cuadrada, tiene tres pisos y en la fachada del segundo se conservan dos ventanitas ajimezadas de arco apuntado. Hay dos escudos entre laureles con las armas de Celis y de Bedoya. Construcción del siglo XV-XVI, suele acoger exposiciones y otras manifestaciones culturales.
El casco histórico de Potes está repartido entre las dos orillas del río, unidas por dos puentes: el de San Cayetano y el de la Cárcel, el primero de ellos de vieja arquitectura, posiblemente medieval. Algunas de estas calles conservan el sabor de otra época, como el barrio de la Solana, el más típico y rural de Potes, formado por un conjunto de callejas estrechas y empedradas, pendientes de irregulares trazas, con casas populares y humildes, pero no por ello menos bellas, con corredores, balconadas, patines, antepechos, flores y pequeñas plazas.
En esta zona se encuentran las torres de Calseco, San Pedro y Osorio, construcciones del siglo XVIII. Se trata de edificaciones de varias alturas, con escudos en el frontal y arco de acceso anexo en algunas ocasiones, además, son destacables las casonas barrocas del barrio del Sol, situado en la orilla izquierda del río Quiviesa, y, cerca del puente de San Cayetano, la mencionada casa de los Bustamante Prellezo.
Otras construcciones de interés son la casona de la calle Mijares, la de la Canal (actualmente Casa de Cultura), la de Faustino Sánchez Cicero, la de los herederos de Linares Cagigas, la de la familia de Otero y Cossío (hoy cuartel de la Guardia Civil), así como la casa de Jesús de Monasterio, la de Linares, la de García de Enterría, la de Concepción Arenal, etc.
Potes es un importante centro gastronómico y turístico durante todo el año, por las condiciones climáticas especiales que ofrece. La villa puede tomarse como punto de partida para esta ruta que proponemos, conectando perfectamente con las rutas del norte y para otras muchas en la comarca de La Liébana, como Fuente De y los Picos de Europa.
Proponemos esta ruta, especialmente para caminantes y peregrinos, porque este es el acceso antiguo más utilizado, antes de abrir la carretera de San Glorio. La carretera construida a mediados del siglo XX para llegar hasta San Glorio, ha hecho olvidar esta ruta más suave, cómoda e interesante para caminantes y caballerías. La carretera se proyectó desde Potes por el valle de Camaleño y puerto de la Remoña a Santa Marina de Valdeón, pero quedó sin construir el último tramo, que nunca se ejecutó y fue sustituida esta carretera por la nacional de Potes a San Glorio. Falta un tramo entre Fuente De y Pandetrave, para que sea también accesible para automóviles, pero se puede suplir para caminantes por una existente pista blanca de 11 Ks., que se conoce como Senda de la Collada de Remoña, entre bosques de hayas, robles , avellanos, servales, acebos y algún milenario tejo.
Desde Potes la ruta sale por la carretera que conduce hasta Fuente De, dejando a la derecha la inmensa mole del macizo oriental de los Picos de Europa. Un cruce, a la salida de Potes, indica a la izquierda la subida a Santo Toribio. La figura en bronce de un peregrino que lleva al pecho la cruz y la concha, sintetizan la imagen del grandioso paisaje, vista y fotografiada, y la iconografía del peregrino o caminante hacia Santo Toribio (crucenos) y hacia Santiago (concheros) aunados.
En las cercanías de este cruce, en Mieses, estuvo el hospital de San Lázaro, lazareto, típica institución de la peregrinación para acoger peregrinos con enfermedades contagiosas. En este lugar estuvo el monasterio de San Esteban de Mesaina. La falda del Monte Viorna fue un centro eremitorio importante, cuenta la leyenda que desde su cima Santo Toribio lanzó su bordón, y en el lugar en que cayó, erigió el monasterio.
Una de las visitas ineludibles para todo peregrino es el monasterio de Santo Toribio de Liébana, fundado en el siglo VIII y que conserva, desde el siglo IX una de las más importantes reliquias traídas desde Jerusalén por el obispo de Astorga Toribio: un resto de Lignum Crucis, o tramo izquierdo de la cruz.
Esta reliquia ha hecho que el monasterio de La Liébana sea uno de los cuatro centros mundiales de peregrinación con Año Santo (Roma, Santiago, Jerusalén y Liébana). Ello explica la abundancia de peregrinos que, después de venerar las reliquias de San Salvador en el monasterio de La Liébana, acudieran hacia Compostela, subiendo desde Cosgaya hasta el puerto del Cubo o desde Fuente De por el Puerto de Pandetrave hasta Portilla de la Reina y bajando por el río Esla hasta contactar en la zona de Mansilla de las Mulas, en León con la ruta tradicional o Camino Francés.
Rendida la visita a Santo Toribio los peregrinos tienen la opción de tomar de nuevo la carretera o seguir la pista cimentada que conduce desde la ermita de San Miguel hasta Congarna. En ambos casos, caminar por el valle del río Deva, también conocido como Valle de Camaleño, es un disfrute para la vista y para el recuerdo histórico de tantos monasterios establecidos aquí desde los siglos IX y X . Hasta una veintena se citan en los documentos, de tal manera que ha merecido esta región el sobrenombre de Cuna del Monacato Cántabro. Algunos desaparecieron, convertidos en simples iglesias de pequeños pueblos y otros han sido reconstruidos en siglos posteriores, conteniendo importantes obras de arte y prolongaron su existencia hasta el siglo XIX. Los monasterios eran centro de refugio y hospitalidad para los peregrinos.
Si hemos ecogido la carretera, una vez pasado Mieses, se encuentra Turieno, lugar que dio nombre a San Martín de Turieno, titular cambiado después, por Santo Toribio. Aquí nació en el año 1640 Francisco de Otero y Cossío, benefactor de la capilla barroca de Santo Toribio donde se venera al «Lignum Crucis». Hay un magnífico escudo con las armas de Linares en su casa natal y una leyenda que indica que allí nació el que fue arzobispo y capitán general del Nuevo Reino de Granada. Según la tradición también nació en Turieno Toribio el monje, fundador del monasterio de San Martín. En el siglo XVI tenía una iglesia bajo la advocación de Santa María. La iglesia actual realizada en el año 1817 conserva los contrafuertes, pila bautismal y las bases donde se apoya el arco triunfal, de la anterior iglesia.
Una carretera situada a la derecha ofrece un desvío que conduce hasta Argüebanes, hermoso lugar al pie de los Picos de Europa. en cuyas inmediaciones se edificó el monasterio de San Justo. En el conjunto rural hubo otro monasterio, el de San Adrián y Santa Natalia, citado en el siglo IX, que probablemente se encontraba en el mismo lugar que hoy ocupa la iglesia parroquial, donde se observan restos de una construcción anterior.
En Congarna, existía en el año 921 un monasterio bajo la advocación de San Julián, la actual ermita de San Julián, de formas mozárabes del siglo X, denota la presencia de un santo protector de los peregrinos. San Julián, peregrino él también en castigo penitencial, por haber matado por error a sus padres y dedicado con su esposa a la atención de peregrinos en el Camino de Santiago. Sobre el arco de entrada figura un antiguo escudo de Santo Toribio de Liébana con la cruz, el báculo y el arca con las reliquias como testigo del dominio que ejerció el cenobio de Santo Toribio sobre los demás y una ventana de toba que bien pudo pertenecer al antiguo monasterio.
Siguiendo nuestra ruta, cruzamos la carretera de Fuente dé para llegar a Beares, y sin dejar el PR-7 llegaremos a San Pelayo, donde podemos contemplar una ermita románica de planta rectangular, cuya capilla mayor se cubre con bóveda de cañón. Tiene un escudo con leyenda sobre la puerta de entrada, con las armas de Linares, de quien debió de ser patronato la capilla. Existió, también, el monasterio de Santa María, citado en el año 831, que ocupó el lugar que hoy ocupa la actual iglesia, en el barrio de Quintana, observándose en sus muros ventanas de estilo gótico. La puerta de acceso es apuntada, con arquivoltas de baquetón sobre cimacios con molduras, y sobre ella hay una escudo con las armas de Mendoza, de la Vega y Luna. Hay en el exterior canecillos de tradición románica. La iglesia actual es de finales del XV o principios del XVI. En San Pelayo podemos contemplar una ermita románica de planta rectangular, cuya capilla mayor se cubre con bóveda de cañón. Tiene un escudo con leyenda sobre la puerta de entrada, con las armas de Linares, de quien debió de ser patronato la capilla. También tenemos en San Pelayo un moderno albergue en el que podemos planificar un final de etapa de nuestro Camino.
Si desde Baró subimos a Bodia podemos contemplar, junto a la ermita de San Acisclo y Santa Vitoria, los restos de una necrópolis medieval. La iglesia se cita en el año 831. También se conserva en Bodia, en casa particular, un Cristo crucificado del siglo XIII, realizado en cobre esmaltado. Desde San Pelayo podemos alcanzar el pueblo de Lon, donde por encima de la actual población ya existía en el siglo X el monasterio de Santa Eulalia, que dio nombre al concejo. En el barrio de las Esperillas hay una ermita con escudo de las armas de Mier, fechado en el año 1741.
Recorremos unos 500m por la carretera para llegar a Camaleño, capitalidad del municipio, a la entrada nos encontramos con una fábrica de quesos y a la salida, por la carretera, se encuentra la Casa Consistorial y la oficina de información turística. Las casas y propiedades pertenecían en el siglo XVI al monasterio de Santa María de Piasca y se encontraban cercadas. Hay una pequeña ermita en la plaza del pueblo, bajo la advocación de San Ildefonso. Desde la portada de la ermita partimos por la senda que vemos de frente y que nos llevará hasta Los Llanos a través del pie del monte Subiedes. Después de pasar la ermita de San Roque, llegamos a Bárcena con una de las casonas más antiguas del valle que muestra escudos en su fachada. En este valle, según la tradición, se refugiaron las huestes enemigas derrotadas por Pelayo y fueron sepultadas por el derrumbamiento del monte Subiedes, dando origen al reino de Asturias. La coronación de Pelayo como rey se realizó en Valdeón, tal como recuerda la tradición, en la ermita de la Virgen de Corona, junto al río Cares.
Ermita de San Roque, casa blasonada de Bárcena y Monte Subiedes (abajo)
Siguiendo deDesde Los Llanos, y por una carretera a la derecha de la población, nos acercamos a Mogrovejo, uno de los pueblos más bellos y pintorescos de la comarca lebaniega, que formó desde antiguo concejo con Luarna, con su torreón medieval y las típicas casas de arquitectura popular. El nombre de Santo Toribio de Mogrovejo, de origen leonés, se hace más famoso y da nombre al pueblo. En la iglesia del siglo XVII se puede visitar un frente importante retablo barroco, una imagen de la dolorosa del XV y pinturas populares de interés. El pueblo de Mogrovejo fue declarado conjunto histórico en el año 1985.
Pasando Bárcena podemos adentrarnos en una pista que parde a carretera por la izquierda y durante apenas 3 kms. pasa por Besoy y Treviño y llega a Areños. En Treviño hay una magnífica construcción con cuatro escudos de armas en la casa donde fue natural el Conde de la Cortina. Pasando Areñas, a pocos metros, está Cosgaya, donde se fundó en el año 796 uno de los monasterios más antiguos del que nada o poco queda, dedicado a Santa María de Silva. Era cenobio dúplice, como tantos otros de estos años posteriores a la invasión árabe. Según la tradición aquí nació Don Pelayo, primer rey de la Reconquista, y el rey Favila, que murió destrozado por un oso pardo en el monte de La Calavera. Una pista antigua conducía y conduce desde aquí por el río Cubo hasta la cima, o puerto de San Glorio.
En las cercanías de Cosgaya, en la sierra Vileña, se encontraba el monasterio de San Salvador y San Juan de Villeña, el monasterio lebaniego más importante del siglo IX, citado desde el año 796.
La carretera continúa entre higueras, nogales y hayas acompañando a los hórreos y arrimándose al río Deva (De Heva) cada vez más rápido y a pocos metros de Cosgaya una senda se adentra, por la izquierda, de nuevo en el bosque. Entramos en Monte Oscuro por Puente Nueva. Vamos sorteando una serie de riegas que surten al Deva: Lera, Valcaya, Peñalva… Por la de Peñalva, sale un camino a la derecha que nos permite bajar a las Ilces, y después de pasar la riega de Peñalva podeos bajar por un camino a la carretera cerca ya de Espinama, fin de esta primera etapa. Podemos continuar por la senda que gana aquí unos metros rápidamente con un zagzagueo. después de pasar la riega de Pielga nos acercamos a Pido, desde donde podemos acceder por varias vías a Espinama, donde nos espera el descanso de la jornada.
En el lugar de Las Ilces (Las Encinas) se han encontrado restos del que fue uno de los monasterios más antiguos e importantes de la Liébana, San Salvador y San Juan de Veleña, fundado en el siglo VIII. Se piensa incluso que en esa abadía se formó el Beato de Liébana. Uno de los documentos conservados alude a la existencia de libros y el Beato se formó, sin duda, en un ambiente intelectual intenso, al igual que Sisenando.
Espinama tiene su origen en un monasterio del siglo X, San Juan del Naranco del que existen ruinas a la derecha de la carretera antes de llegar a Fuente De. Se mantuvo hasta el siglo XVII, cuando pasó a depender del convento de dominicos de Potes. Desde hace algún tiempo se proyecta habilitar la iglesia parroquial del siglo XVIII para Museo de Religiosidad Popular de la región de Liébana; esta vieja construcción parece que data del año 1686, aunque en sus alrededores aparecieron sepulturas de lajas medievales. La arquitectura popular convive con las casas modernas dedicadas a la atención de caminantes, turistas y peregrinos antes de intentar un ascenso a las alturas de las rocosas cumbres europeas, estamos en un punto de inicio de excursiones a los macizos Central y oriental de los Picos de Europa.
Calles e iglesia viaja de Espinama
Si hemos decidido continuar camino para descansar en Fuente De, hemos de dejar atrás Espinama y, pasando por Pido volvemos a la carretera que nos lleva al circo glaciar a 1476m de altitud, rodeado de una muralla aún más alta de rocas cortadas y lugar perfectamente equipado con el Parador de Turismo Río Deva y el Hotel y Camping. El teleférico permite ascender hasta el Mirador del Cable a 1847 metros y facilita hacer las unas impresionantes rutas montañeras por los Picos de Europa, visitando el valle de Aliva.
El pueblo de Pido, documentado históricamente desde el año 1158, tuvo una antiquísima ermita bajo la advocación de San Roque, en un altozano que domina el pueblo. Aquí se celebraban las famosas disputas de toros entre los pueblos del concejo. Cerca de Pido, y antes de alcanzar Fuente Dé, estaba el monasterio de San Juan de Naranco, citado desde el año 932. El rey Felipe IV anexionó en el siglo XVII este monasterio, que era patrimonio real, al convento dominico de San Raimundo de Potes. En Pido también hay una importante industria quesera.
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