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Etapa 6. Gradefes-Mansilla de las Mulas o Pte. de Villarente

Gradefes-Mansilla de las Mulas
Distancia 23 Km.
Altitud inicio 848 m,
Alt. final 795 m.
Cota máx.: 854 m.
Cota mín.: 795 m.
Gradefes-Puente de Villarente
Distancia 26 Km.
Altitud inicio 848 m,
Alt. final 794 m.
Cota máx.: 948 m.
Cota mín.: 794 m.

Ver y descargar track a Mansilla de las Mulas


Ver y descargar track a Puente de Villarente

Plano
Aviso importante
En la bifurcación de ambas variantes, en San Miguel de Escalada, ha habido obras y han quitado la señal que indicaba este punto.
Hasta que se reponga la señal, usar el plano de San Miguel de Escalada y el track para tener claro el unto de bifurcación.
Perfil Gradefes-Mansilla
Perfil Gradefes-Puente de Villarente

En  esta  zona  se  edificaron  los  más importantes monasterios, alguno activo aún y tres de ellos en estado de conservación relativa.  Bien  podemos  llamar a esta zona  la ruta de los monasterios  y  como  tal  debería  figurar  en  las guías y señalizaciones de carretera. Ruta aconsejada para amantes de la historia y del arte.

Gradefes (Gatrefes)  es  el  centro  administrativo municipal de 19 pueblos, estos pueblos son  fundaciones  antiguas  sobre villas romanas, como indica su nombre, repobladas en los siglos  IX  y X   y  dependientes  de  los  monasterios  de  Gradefes ,  Escalada  y   Eslonza primero y de Rueda del Almirante después.

 Vista aérea del monasterio de Gradefes.

El monasterio de Santa María de Gradefes  fue  fundado  como  cenobio  de  las monjas bernardas  el  año 1168.  Pocos años después comienza la edificación de la iglesia y demás dependencias,  gracias  a  las  propiedades  que  donan  los  fundadores, D. García y Doña Teresa Pérez y a las generosas dádivas de las dotes y de los fieles, por toda la zona.

Sepulcros de los fundadores del monasterio y enseres del s. XI encontrados en ellos

La abadesa de Gradefes tenía jurisdicción civil y criminal  en  varios pueblos de la región constituyendo una merindad.

La  iglesia  cisterciense  de  Gradefes,  no orientada  como es normal, está formada por una cabecera de tres naves, cerradas con bóvedas sobre nervios apoyados éstos sobre pilares cuadrangulares con medias columnas adosadas.

Exterior de la iglesia
Interior de la iglesia

Una  girola  formada  por  cinco  espacios  absidiales  gira  por detrás del altar, hecho poco frecuente en un monasterio femenino, pero sí en iglesias de peregrinación. La decoración de capiteles  es  sencilla  a  base  de  flores,  dragones,  palmeras,  lazos,  al  más  puro criterio cisterciense que mantenía la idea  de  eliminar “las ornamentaciones        superfluas”, desechadas    por   San   Bernardo. No   se construyeron las naves hacia los pies, pero sí un  espacio  longitudinal,  en  época posterior barroca, espacio que ocupa el coro monacal, decorado  con  yeserías. Algunas de las sillas del  coro  más  antiguo que se conservan, del siglo XIV, están en el museo arqueológico de Madrid.      

Coro barroco del Monasterio

El exterior de esta cabecera,  lamentablemente queda dentro de la clausura, destaca por los cinco  absidiolos  y  los numerosos canecillos y ménsulas figurando castillos, aves, trenzas y algún tema de lucha entre dos hombres, tema considerado  como  una  representación de la lucha    leonesa. Uno de los capiteles representa  una  psicostasis  o  pesaje  de las almas,  tema  egipcio  que  es  asumido por la iconografía medieval cristiana,  con  la imagen de  San   Miguel   pesando  las   almas   y   el demonio  cargando  de uno de los platillos de la balanza.  Los muros, hechos con piedra de sillería bien cortada,  muestran numerosas las  marcas de los canteros.

Exterior del ábside
Capitel de la psicostasis

Es  visitable  el  claustro  en  forma  de  corredor  rural,  que  sirve  de  cementerio  para las religiosas y la entrada a la sala capitular, convenientemente restaurada.

Vista de la Sala Capitular y el claustro desde el interior de la primera
Claustro y Sala Capitular

Unos  versos,  colocados  sobre  la  puerta,  advertían  antiguamente  a  los caminantes que entraban:  Tú,  que  entras  por estas puertas, detén el paso y advierte, que este sitio te convida a que mueras en la vida, para vivir en la muerte.

En su  interior  conservan  cuadros,  imágenes y objetos dignos de figurar en un proyectado museo  que  no  se  realizó.  Destacan  un  Crucificado  del  siglo  XIV,  la  imagen  sedente románica  de  la  Virgen,  un  niño Jesús dormido, la imagen de san Blas que se celebra con ferias importantes de ganados,  y  otras  muchas  piezas de escultura y pintura, procedentes de los retablos barrocos que desaparecieron en su totalidad.

Diferentes vírgenes, destacando en el centro, la imagen sedente románica
Cristo  crucificado  del siglo XIV, e imágenes barrocas del niño Jesús, destacando la imagen del niño peregrino, ya que sólo es vestida esta talla así en los años santos compostelanos.

Gradefes  tiene  iglesia parroquial sin nada especial que  considerar, dada la importancia del monasterio. El pueblo aun  conserva el urbanismo propio de otros siglos, con algunas casas señoriales a ambos  lados del camino, transformado en calle casi única de la población. Algunos piedras talladas proceden de los monasterios próximos, como Eslonza y Escalada. Tiene  piscina  junto  al  río,  pabellón  para  Aluches  y  celebra fiestas veraniegas con gran popularidad.

La  población  carece  de  comercios,  algún bar y un moderno albergue municipal son los únicos establecimientos hoteleros que pueden servir al peregrino. A un kilómetro, por una carretera que comunica el pueblo con la N-625, hay un hotel de carretera. Las  monjas bernardas ofrecen un reducido  albergue en el monasterio, buena ocasión para  permanecer  en  paz,  escuchando  la liturgia cantada en música gregoriana y saborear los dulces confeccionados por las religiosas.


A 1,5 kilómetros después y por carretera flanqueada por árboles, se llega hasta  Cifuentes (Centfuentes). Cruzado el rio Valdellorma, podemos desviarnos por un camino agrícola paralelo a la carretera por la margen izquierda de esta, dirección Santiago.

Plano de llegada a Cifuentes

En  el cerro de Cifuentes llamado El Castillo, antiguo castro , se enseñaba una  marca  producida por la herradura de la pata del caballo de Santiago, al desprenderse, saltando en  la  batalla contra las huestes musulmanas. Se trata de un castro de época celta, reutilizado  más  tarde  como vigía relacionado con Rueda del Almirante, La Otrera de San Cipriano y  el  Castillo de Villapadierna, que ha ofrecido restos de distintas épocas: objetos cerámicos,  pedazos  de  cobre,  espuelas,  estribos  y otros objetos, presa de los furtivos y buscametales.  Estos  no se conformaron con buscar, sino que con una máquina perforaron el cerro en busca de tesoros ocultos en un profundo pozo, como monedas envueltas en una piel  de  toro,  ollas con doblones  de oro o raros collares abandonados por los moros que huyeron precipitadamente.

Iglesia de Cifuentes, en la base del árbol se pueden ver restos del monasterio de Eslonza

En la iglesia, obra del siglo XVI, con buena portada renacentista, se depositaron  pinturas y sillerías  procedentes   del   próximo   monasterio   de   San  Pedro  de   Eslonza   que   han desaparecido. Se  conserva  una  hermosa  imagen de Santa Ana  con  María  y  la  pila bautismal del siglo XVIII. 

En  la  fachada  de  una casa hay dos escudos,  uno  de  los  García  y  otro  de los Llamazares.  Quedan  restos  (Los Murones) de un  albergue para caminantes, dependiente del famoso hospital de Puente Villarente, construido el año 1539, para facilitar el paso de  peregrinos  y caminantes y fundado por el conocido prior de Triacastela.             

Restos del Albergue de Cifuentes

partimos de Cifuentes por los caminos agrícolas, que en un punto nos hacen rodear unos metros por esos caprichos de la ingeniería de no construir un puente aunque sea peatonal.

Plano del Camino por la vega entre Cifuentes y Rueda

A  pocos metros del Camino, y a nuestra derecha, tenemos Casasola (Casa Sola),  que es una pequeña población que nació  como  lugar  de  servicio  en  la  parte  baja  de  la  colina,  donde estaba la fortaleza de Rueda del Almirante, que ya vemos en lo alto, como verdadero vigía y mirador de la ribera del Esla,  a cuyos  pueblos ofrece su apellido, en recuerdo de su dominio feudal,  ya  que  Rueda, nacida como castro astur y utilizada por los romanos, al estar  cercana a la ciudad de Lancia,  fue una gran fortaleza del poder feudal medieval y fue usada   durante  algunos  siglos,  al  estar  a  medio  camino  entre  Lancia   y   el castillo de Villapadierna.

Vista desde la vega de Rueda del Almirante
 Restos de muralla de Rueda del Almirante

A Rueda del Almirante el caminante puede no subir, ya que hoy  poco queda de su poder, salvo los cimientos del castillo y  de la muralla, el interior de la iglesia  con  restos  medievales  románicos  construidos sobre la muralla, y entre ellos dos capiteles  mozárabes  procedentes  de  Escalada.  Reformas del XVIII, los recuerdos de la historia  y  las  leyendas  de  romanos,  moros y cristianos  que  podemos recordar mientras admiramos  el  espléndido  paisaje  desde  su  mirador,  con  una  cuarentena  de   pueblos, dominios del señor de Rueda.

La Fuente de las Doncellas  presta  un recuerdo santiaguista a esta fortaleza medieval que pasó por varios propietarios.

Iglesia y fuente de las Cien Doncellas de Rueda del Almirante

A la altura de Rueda nos volvemos a incorporar a la carretera comarcal, por la que recorreremos los cuatro kilómetros largos que nos acercana hasta el monasterio y la iglesia mozárabe de San Miguel de Escalada, del siglo X, conocido aun con el nombre de  El Priorato.


Monasterio de San Miguel de Escalada

Una  fundación  monástica  de  época  visigótica,  del siglo VII, fue edificada aprovechando elementos  constructivos  romanos, procedentes de la cercana ciudad de Lancia y dedicada a San Miguel.

Abandonada  la  construcción  visigoda  por  la  invasión  de  los  árabes, el rey Alfonso III permitió  a   unos   monjes   mozárabes   venidos   desde   Córdoba,   impulsados   por  las persecuciones musulmanas, la construcción de una iglesia el año 913.

Permanece  la  iglesia mozárabe y uno de los lados  de la galería exterior, no así el resto del claustro, cuyos capiteles y fustes se diseminaron por los lugares de la región.

Galería exterior

En esta  época mozárabe (año 926) se copió y minió en el monasterio el manuscrito mozárabe   Comentario al Libro del Apocalipsis  del  Beato  de  Liébana,  conocido como el Beato de San Miguel de Escalada.

Facsímil del Beato de Escalada

Desde  mediados  del  siglo XII estuvo administrado el monasterio durante varios siglos por los monjes franceses de  la Congregación de San Rufo, de donde procede el nombre de El Priorato. La imagen románica de Santa Maria del siglo XII que se veneró en el monasterio se conserva en el Museo de León.

Interior de la iglesia desde cada una de sus naves

El  conjunto  es  uno de los más bellos ejemplares mozárabes, que recuerda a las mezquitas musulmanas  del  sur.  Sus  arcos  de  herradura,  sobre columnas de mármol y granito, con capiteles romanos,  visigóticos  y  mozárabes,  logran   estructurar  un  espacio basilical con planta  de  tres  naves  y  cabecera  separada por un iconóstasis de tres vanos. Los ábsides están   cubiertos  por  cúpulas  gallonadas  de  planta  ultrasemicircular  o  de herradura por dentro, sin embargo, rectangulares en el exterior.

Detalles de capiteles

Se  han  aprovechado  también  canceles  visigóticos  colocados  en  su  interior,  y también fuera,  trabajados  con  la  técnica  de  bisel  y  representando palmeras, aves y racimos  de uvas.

Canceles

El aprovechamiento de elementos constructivos   de distintas épocas ofrece esa variedad  de  capiteles, ménsulas, sogueados, fustes  y  dovelas  de  variada   coloración   y calidades.   Sirviendo  de   cimacio  sobre   el capitel,   en   la   penúltima   columna   de   la izquierda, se ha reutilizado una lápida romana procedente  de  Lancia,  con esta inscripción, que  recuerda  a  las  vadinienses:  aquí  esta sepultada  (Valeria)  esposa  de   Montano séate  la  tierra suave o mi muy  amada, si el  tiempo  no  te  hubiera  vencido, podías educar  a  nuestros   hijos   durante   otros fecundos  cinco  años,  pero  la  corriente  del  agua,  cogiéndote,  te  llevó  con   toda facilidad…

En el siglo XII  se  añadió una sólida torre y capilla románica en la parte sur de la cabecera, imitando elementos  de  formas  mozárabes,  como  la  ventana  geminada.  Este espacio se dedicó a panteón y enterramientos, cobijando varios sepulcros medievales antropomorfos. Más  tarde  fue  un   almacén de retablos y altares retirados de la  basílica  mozárabe, entre ellos los restos de San Gonzalo.

En  una  reciente  restauración  han  salido  cimentaciones  anteriores  a  la  torre  y diversas sepulturas,  tanto  en  el interior como en el exterior.

Rendida la visita a El Priorato, se continúa la  ruta  por el pueblo de San Miguel de Escalada, unido al que  antiguamente  era  llamado Valdabasta, formando ahora una larga población de  dos  barrios  como  un  camino.  El  nombre  de  Val-da-basta  procede sin duda de la riqueza de las tierras y los campos del valle que abastecían al monasterio.

Los  monjes  enseñaron a construir molinos y canales  de  riego  en  el   valle,   donde   aun permanece  el   nombre  de  La  Reguera, y donde  se   producían abundantes cereales para mantener a los estudiantes   de la universidad de Trianos, situado en el valle del río  Cea, en el siglo XVI.

Valdabasta tiene una ermita del siglo XVII, pero muy reformada, dedicada a San Antonio que hace de  parroquia  del  lugar,   a  donde   se   han llevado la pila bautismal, una cruz procesional valiosa y otras imágenes desde El Priorato. La  pila  de  bautizar  es  de copa cuadrada y recuerda  a  las usadas en la época visigótica, lo cual  demuestra su antigüedad.

En mitad de la travesía de San Miguel de Escalada, o Valdabasta, se encuentra la bifurcación de las dos variantes de esta etapa, de frente iremos a Mansilla de las Mulas, y si tomamos la calle que parte por nuestra derecha, continuaremos por la Rita de los Monasterios hasta Puente Villarente.

Si se continúa a Mansilla de las Mulas

Partimos de Valdabasta por la carretera, y en la primera curva de esta seguimos de frente por in camino agrícola que desemboca a la entrada de Valle de Mansilla, donde se puede visitar la iglesia con importante retablo barroco rococó  del  año  1752,   obra  del  entallador  Froilán  de  Valladolid,  que  trabajó bajo la influencia de los Tomé. Una  pila  bautismal  del  año 1699  en  el  antiguo batisterio y la capilla con bóveda pintada representando  a  las  cuatro  mujeres  bíblicas,   Judit,   Abigail,   Rachel   y   Jabel ( que recuerdan la cúpulas de Villanófar y de Villapadierna )  forman  un  cielo rococó que cobija los musealizados  ropajes litúrgicos antiguos y unas bellas andas barrocas.

Pinturas de la bóveda de la iglesia de Valle de Mansilla

En  los  acantilados  de  la  parte  derecha  se ven cuevas excavadas en la arcilla, conocidas como Cuevas Menudas,  sin  duda habitáculos antiguos y tal vez eremitorios de los monjes visigodos que fundaron el monasterio de Escalada.

Ejemplos de las llamadas Cuevas Menudas

Vamos viendo varias des estas cuevas, hay alguna más fuera de nuestra ruta, hasta hasta la siguiente población, Villacontilde, a la que llegamos por la carretera, aunque en algunos tramos podemos aprovechar, para descansar nuestros pies del duro asfalto, algún camino paralelo.

Entrada en el pueblo de Villacontilde
Peregrinos descansando rente a iglesia de Villacontilde

En Villacontilde hemos de seguir el trazado antiguo de la carretera para cruzar el pueblo, aunque esta tenga un trazado sinuoso con curvas de 90 grados. En la segunda de estas curvas abandonamos la traza pavimentada por un camino agrícola que se adentra en los campos de cultivo plagados de otros caminos que se cruzan entre si. Imprescindible aquí seguir el track o algún plano para no perderse.

Plano de Villacontilde y sus campos de labor

En plena travesía par las parcelas de cultivo, a menudo de maíz, no encontramos con el canal principal del sistema de riego de rio Porma y con un puente que le cruza. Cruzado este continuamos, a la izquierda, por el camino de servicio de esta infraestructura hidráulica durante unos cientos de metros hasta las instalaciones que permiten el cruce del canal por el rio Esla.

Azud que regula el paso del canal sobre el rio Esla

Salimos de las instalaciones hidráulicas y ya divisamos el campanario de la iglesia parroquial de Mansilla de las Mulas. Pasamos por delante de una urbanización, por la autovía León-Valladolid y nos encontramos con los peregrinos que vienen desde Sahagún por una variante del Camino Frances llamada la Vía Trajana, para todos juntos entrar en la villa amurallada de Mansilla por la puerta de la Asunción.

Puerta de la Asunción en Mansilla de las Mulas
Los peregrinos buscan un albergue en Mansilla

Si se continúa a Puente de Villarente

Para  seguir la Ruta Vadiniense es  aconsejable  tomar el camino de El Jano o Carrovallejo, que está señalado desde la iglesia de San Antonio  de Valdabasta y que va derecho hasta Santa Olaja de Eslonza.

Vista del Camino del Jano

Los restos  de  un  antiguo  poblado  llamado Vallejo, con iglesia dedicada a San Esteban y una  ermita  de  la  Santa Cruz  servían  de apoyo, en el cruce de caminos,  a los peregrinos que desde el Priorato de Escalada partían antiguamente hacia el monasterio de Eslonza.

La primera edificación que encontramos desde que salimos de Valdabasta es la  iglesia  del  pueblo  de  Santa Olaja de Eslonza, que  es  de  estilo románico tardío, de tres naves  con   una   puerta  lateral,  conserva  los  dos  ábsides  rectos,  pero  el  central   fue  reconstruido en el siglo XVI.

Iglesia de Santa Olaja de Eslonza

Tenía  un  retablo  de tablas pintadas del siglo XVI, ahora sustituido por un pequeño relieve de Cristo,  María  y  Juan.  Quedan  un  cuadro  de  san  Honofre  y  dos  relicarios  bustos barrocos  procedentes  del  monasterio,  al  igual  que  un  retablito  barroco,  rehecho para adaptarlo, con una imagen de María de interés. Pero dentro de esta  iglesia encontramos la gran joya  artística de la zona, el cuadro pintado por Juan de Pareja firmado en 1669, representando los desposorios de Santa Catalina  y muchos santos alrededor, entre los que se reconocen a los ángeles Miguel y Custodio, Lázaro, Agustín, Antonio, Domingo, Juan Bautista,  Isidro,  Rosa  de Lima, etc. Ya lo definió Manuel Gómez Moreno como: “Frio de tono, muy suelto de factura y los términos mal comprendidos, aventajando, sin embargo, en merito al del  mismo artista que expone en el Museo del Prado”.

Retablos de la iglesia de Santa Olaja de Eslonza

Cruzamos el pueblo de  Santa  Olaja y la carretera que une Gradefes y Puente de Villarente para encontrarnos con las ruinas de lo que fue el grandioso monasterio benedictino de SAN PEDRO DE ESLONZA (Elisonza).

Ruinas de Eslonza en 2012, hoy limpias y consolidadas

En  las  cercanías de Santa Olaja y de las ruinas del monasterio a 3 Klms. por un camino agrícola (en coche se accede por Villarratel) se halla la antigua ermita  de  Santa María de Villamoros,  de  cabecera octogonal y  con imagen de piedra policromada.   El   retablo   barroco,   repintado   con   purpurina,   tiene   lienzos   con    la representación   de   cinco  abades  benedictinos  con  mitra  y  báculo y cubre lo que fue el antiguo  transparente  del  camarín,  lo  que   evidencia   la   procedencia   del   retablo   del monasterio de Eslonza.

 Ermita de Santa María de Villamoros. Santa Olaja de Eslonza

Es santuario, de profunda  devoción desde antiguo en la zona, está enclavado, tal vez, en lo que fuera lugar romano con templo dedicado a alguna divinidad, dependiente de Lancia.

Siguiendo  nuestro  camino desde el Monasterio de Eslonza por un camino agrícola paralelo a la carretera por la margen derecha de esta, que confluyen a la entrada de Villarmún (Villa Vermudo), nos  sorprende la iglesia  con en un ábside mozárabe con planta de herradura en su interior y rectangular en el exterior, al estilo de San Miguel de  Escalada y con maltratados canículos y modillones, por fuera,  con  temática  figurativa  románica. Un canículo esquinero se interpreta como la representación de un peregrino.

 Iglesia de Villarmún

En  el  interior  un  arco  de  herradura  poco  pronunciado  apoyado  sobre  dos   capiteles románicos con temas de animales monstruosos  simbólicos el de la izquierda, (arpía,  grifo y basilisco) y vegetales el de la derecha,  enmarca el  bello retablo barroco dedicado  a Santa María de la  Asunción.

Capiteles
 Arco de herradura y retablo de la iglesia de Villarmún

En  el  muro  interior  se  conserva  una  pieza   de piedra circular, calada en forma de cruz  y cuatro estrellas  helicoidales  de  seis  puntas,  de origen mozárabe, que estaba como celosía en la ventana del  ábside,   hoy  sustituida  por   una   copia   en hierro. 

Cruzamos la población de Villarmún y a la salida tomamos, por la izquierda, los caminos agrícolas que, paralelos con la carretera, nos llevan a Villafañe.

500 metros a nuestra derecha vemos Palazuelo de Eslonza,  donde  se  puede ver su la iglesia un hermoso retablo barroco,  dos  grandes  cuadros  con  el  tema  de  El Salvador y el Cristo (una buena copia antigua  del  Cristo de  Velázquez,  de  gran tamaño, que estuvo colocado en el crucero del templo  monacal,  al  lado del  Evangelio), una  cruz votiva  de  orfebrería y dos bustos relicarios, todo ello  procedente del monasterio de Eslonza.

Lienzos procedentes del monasterio de S. Pedro de Eslonza, en la iglesia de Palazuelo de Eslonza.
Retablo procedente del monasterio de S. Pedro de Eslonza, en la iglesia de Palazuelo de Eslonza

Seguimos caminando por nuestro camino y llegamos a Villafañe, a la carretera que va desde este pueblo a Villasabariego, centro  administrativo del ayuntamiento en el que estamos, situado en un otero, donde está también la ciudad astur-romana de Lancia y un aula arqueológica de interpretación de lo que van descubriendo las excavaciones.

Plano de Villasabariego y Lancia

De vuelta a Villafañe, no es necesario entrar en el pueblo, solo hay que seguir por el camino de la margen izquierda del rio Moro, que cruzamos por un puente para seguir por el camino de la margen derecha hasta el pueblo de Villarente, y de este hasta la carretera N-601 a la altura del puente con el que esta cruza el rio Porma. Cruzamos la carretera para enlazar con el Camino Francés y porque para los peregrinos hay otro puente peatonal paralelo.

Plano del tramo Villafañe-Camino Francés

Unidos al Camino Francés y cruzado el Porma, ya estamos en la población  de  Puente Villarente, final de esta etapa y de la Ruta Vadiniense.

Puente Villarente  recibe  el  nombre del  puente  de  origen  romano y  medieval.  Se  ha convertido  en  el  centro  industrial,  comercial  y  hotelero  más importante de la zona y en punto de referencia, gracias a la confluencia de varias carreteras, entre ellas la que conduce a las pistas de invierno en San Isidro.

Junto al puente, se abrió el clásico albergue fundado por el prior de Triacastela  a principios del siglo XVI (1539) para acoger a los peregrinos que iban a Santiago.

 Albergue de Triacastela en Puente Villarente

Esta  institución  de  alberguería  jacobea  para  facilitar  el  paso  de un importante río,  dio origen  a  la  población,  como  ocurre  en  numerosos lugares del Camino de Santiago, con amplia  fachada  alargada,  bajo  un  pronunciado  alero  de  madera  y   puerta  de   piedra formando un medio punto.  En su interior un bello patio renacentista  formado por columnas con capiteles de  piedra  que  apoyan  un  arquitrabe  de  madera para apoyar  los espacios superiores.

En la iglesia de Villarente, totalmente desaparecida  por ruina, había buenas piezas, algunas musealizadas en León y otras trasladadas   a   la   nueva  iglesia  de  Puente Villarente (1985), donde se muestran  buenas piezas,   como   el   Crucificado   gótico   con amplio  paño de la pureza bien trabajado y la cruz  en  forma  de  árbol; un magnífico lienzo del  Nazareno,    con   la   soga   al   cuello  y coronado  de   espinas;   una  escultura  de la Inmaculada,  con  los  pies  sobre  la  luna  en forma de barca; una tabla representando a un obispo  y  otra  tabla  a  San  Sebastián,  con rostro  joven  atado  a un árbol etc. Hay  una imagen de San Pelayo(?) con espada, libro y corona  que  más parece la representación de un  Santo  Rey  (San Fernando). Lo cierto es que  en  el  Museo  de  León se conserva una tabla del  martirio de San Pelayo del siglo XV procedente de un retablo de la desaparecida iglesia de Villarente.

Nazareno. Iglesia de Puente Villarente

El río Esla que nació en las altas montañas de Picos de Europa continúa rodando sus aguas, ahora más quietas  y  amplias,  hacia el sur,  recogiendo otros ríos en la meseta.  El Camino de Santiago, que  nació  en el oriente,  prosigue su andadura puenteando todos los ríos que encuentra hacia el occidente,  llevando siempre el  torrente de peregrinos, que proceden de todos los caminos,  hasta Santiago de  Compostela y Finisterre

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