El camino antiguo circulaba junto al río Esla, saliendo desde la actual zona deportiva, dejando a la derecha el molino de Sandalio y el de Teodoro y cruzando el río por el puente llamado de El Mercadillo, como veremos. Era el trazado de la calzada antigua que procedía de la ciudad astur- romana de Lancia.
La distancia total entre Cistierna y Gradefes es de 23 kilómetros por una carretera estrecha, tortuosa, rodeada de vegetación que se aleja y se aproxima al río. Caminar por este lado del río Esla es un placer verde de sombra. Antiguamente se plantaba lino, que junto con la lana de las ovejas servía para el vestido. El cereal, las legumbres, las navicoles. El vino, el queso y los embutidos (jamón, chorizo y cecina), formaban el principal alimento. Sorriba del Esla, Modino, Pesquera, Santibáñez de Rueda, Carvajal de Rueda, Villacidayo de Rueda, Villanófar y Gradefes son los pueblos situados a lo largo de esta ruta, todos de origen muy antiguo y que ya aparecen en documentos de los siglos VIII, IX y X en adelante. Si se desea ir por los pueblos, se toma la carretera pasando por la llamada calle real, actual carretera. En Sorriba del Esla se debe entrar por la Calle Real, a la izquierda de la carretera, en la parte vieja. El lugar fue villa realenga, que quiere decir exenta y sólo sometida al rey. Conserva edificios antiguos, de casas solariegas, viejas, de piedra y alero de madera y puertas de dos piezas que muestran blasones sencillos, especialmente de los Villarroel.
También se conserva un palomar de forma circular, que debiera ser restaurado de inmediato, por su belleza y porque parece ser el primero de la zona. Es una lástima ver cómo un pueblo antiguo se arruina, sin que nadie le ayude a mantenerse. El templo parroquial, dedicado a San Juan Bautista, es obra del siglo XVI y XVIII y guarda imágenes del Cristo, Santa Catalina y relieves procedentes del altar mayor que son de interés. Una imagen de María románica pasó al Museo de León. Situada en el valle está el la ermita del título de Virgen de la Vega, con una bella imagen del siglo XVII y un retablo con pinturas, (éstas musealizadas en León y sustituidas por láminas impresas) donde se celebra la romería el 31 de mayo. Junto a la ermita pasaba antiguamente el camino que usaban los peregrinos y caminantes que se dirigían hacia el sur, llegando del norte o de la parte del este, procediendo de Puente Almuey. Usaban esta ruta preferentemente, siguiendo el camino por la derecha del río Esla. El lado izquierdo del río, antes menos transitado, presenta más modernidad debido a las carreteras nuevas.
Aun hoy tiene su encanto pasar por estos pueblos con muy poca circulación, salvo los tractores, con carretera estrecha y curveando entre fincas y huertas verdes de praderío dedicadas a la crianza de vacas de leche y yeguadas de recría. Los pueblos tienen un encanto especial y pese a la modernización, de gusto dudoso, de muchas casas, aun pueden verse la forma en que vivían en siglos pasados, en casas de barro,canto rodado del río y madera, abandonadas muchas de ellas.
Para cruzar el río Esla, y permitir el paso de la Montaña a la Ribera, se reedificó en la Edad Media un magnífico puente, aprovechando otro romano más antiguo, que sin duda servía para la calzada que procedía de la ciudad romana de Lancia. El puente se llamó Puente del Mercadillo, (Ponte Mercadiello), debido al mercado que en sus aledaños se celebraba, y aun persiste con el mismo nombre, pero con reparaciones documentadas de distintos años 1654,1746, 1992.
Pasado el puente se construyó un hospital, dotado con fincas y mandas tal como aparece en muchos de los testamentos, “para atender a los pobre y peregrinos” que siguiendo la ruta derecha del río Esla llegaban hasta Gradefes. El hospital disponía de una tabla de pesca en el río, cuyo nombre aun mantiene. La capilla del hospital estaba dedicada a San Bernabé y Santa Catalina. Los caminantes, cruzado el puente, llegaban a una pequeña población donde se celebraba la feria y mercado de San Bernabé (11 de junio) y santa Catalina (24 de noviembre). Aún permanecen en pie, aunque deshabitadas, algunas casas de las que componían el poblado.
Aún pueden verse los restos del edificio hospitalario a la izquierda, después de cruzar el puente, franqueado por una portada de arco de medio punto de piedra (conservado en un pueblo cercano). Quedan los muros a los que se ha adosado una casilla de camineros. Ahora el lugar está desfigurado por la construcción del inicio del canal de riego de Los Payuelos, sin miramiento de ninguna clase a la historia y a la conservación del patrimonio. Es este uno de los lugares mas tradicionalmente relacionados con la ruta de los peregrinos de Santiago que llegaban desde La Liébana, sólo comparable con el complejo hospitalario de Puente Almuey.
Desde Cistierna hasta aquí la Ruta Vadiniense y el Camino Olvidado o Vexu Camin comparten traza, pero aquí el segundo se separa del primero par continuar por el borde de la Cordillera hasta desembocar en el Francés en Cacabelos.
Nosotros seguimos por un camino que parte de la carretera por la derecha, en paralelo a esta, y como a kilómetro y medio, se topa a la derecha con la recoleta y romántica ermita de San Pelayo, situada en la ladera entre robles y en la ruta que conducía hacia el monasterio de San Pedro de Foncollada (fundación del siglo X) y Las Arrimadas, con varias iglesias de origen románico. San Pelayo recuerda la historia de un muchacho prisionero de los sarracenos, deseado sexualmente por el emir de Córdoba y martirizado por oponerse a sus deseos. El cuerpo del joven se trasladó a la iglesia de San Isidoro de León. Aun se conservan las imágenes antiguas de Santa Catalina, procedente del albergue de Mercadillo y la de San Pelayo, de la ermita citada.
El pueblo de Modino (Motín, Motino) era centro importante administrativo de la zona, siendo capital del Concejo antiguamente. Estaba habitado por familias ilustres, que edificaron sus casas solariegas con portadas de arcos de piedra rematados por escudos, de las que quedan pocas, en ruinas y dignas de mejor cuidado. Algunos escudos pertenecen a los García, un guerrero matando con su espada a un león y a los Llamazares, cuatro dragones mordiendo dos bandas, rodeados de llamas y aspas.
La iglesia dedicada a los santos Justo y Pastor está emplazada sobre una colina que es un bello balcón sobre el valle. Su arquitectura, que conserva la bóveda románica tardía en la cabecera, sufrió un incendio en 1970 dejando en su reconstrucción elementos románicos y del siglo XIV. Algunas imágenes de valor como la Virgen sedente con el niño Jesús, Santa Catalina y San Pelayo del siglo XIII, que pertenecieron a las respectivas ermitas, son dignas de un trato mejor que el abandono de una trastera.
En el siglo XVI fue dotada, dentro de la iglesia, la capilla de la familia de los García con sus enterramientos, tal como rezan las lápidas, únicos restos de la rica dotación feudal y el sarcófago situado en la pared izquierda.
Saliendo del pueblo por la carrtera se halla a la izquierda la ermita del Santo Cristo del humilladero y de la Vera Cruz construida en el siglo XVI por Gutiérrez de Triguero, quien repara de esta manera “del quebranto que hizo de no cumplir con los días festivos”. También sirvió la ermita para acogida de pobres y caminantes. Se reparó en el año 1980 y actualmente es de propiedad privada. En la Edad Media, Modino poseía un molino, donde se extraía el aceite de los hayucos, fruto de las hayas de la montaña, que se trasladaban hasta aquí para ser molturados y consta como centro importante para la caza de osos.
Partimos de Modino por el camino a pie de monte, por el que pasamos junta al cementerio de la localidad, y a pocos kilómetros se llega a Pesquera, lugar adecuado para la pesca, de donde procede su nombre (Piscaria). Se mantiene el molino de cereales que funcionaba con agua conducida por un canal desde el centro del pueblo, tal como aun se ve. Los documentos del siglo X hablan de la existencia de un monasterio dedicado a Santa Olalla (Santa Eulalia), titular aun de la iglesia mal restaurada, y permaneció al menos hasta finales del siglo XIII, que pasó a depender de Eslonza. Nombres como “camino de los frailes”, “molino de los frailes”, “cañada del convento” y el hallazgo de tumbas con grandes losas y restos humanos, denotan su presencia a las afueras del pequeño pueblo. A la localidad de Pesquera no es necesario acceder ya que el camino continúa a Santibáñez de Rueda (Sancti Joannis) donde había un hospital o casa de recogida de pobres, caminantes y peregrinos, dedicado a San Antonio y sirvió como iglesia antes de edificar la actual. Nada queda sino es el documento y el recuerdo del paso de peregrinos por este lugar. Desde Santibáñez continuamos por la carretera.
Un kilómetro antes de entrar en Carvajal de Rueda (Carvaliar), a la derecha, una pequeña ermita nos recuerda el lugar donde estuvo la más antigua y grande dedicada a la Virgen Peregrina. Una vez dentro del pueblo nos encontramos la iglesia, construida sobre un cerro, como la de Modino que domina el valle como una balconada. Conserva la rica espadaña barroca de piedra con escalera exterior de madera típica de la zona. Un crucero de piedra recuerda en el exterior a quien lo mandó construir: “Año d. 1814 Siendo Cura Dn J. Ph. Ferdz Castañón.”
La iglesia, que parece un santuario, mantiene viva la devoción a La Virgen Peregrina, cuya imagen de bello rostro y brazos que sostienen al Niño Jesús y el bordón de peregrina con la calabaza, está montada en un camerino barroco, vestida de ricos mantos, decorados con conchas. En las márgenes del Esla tenías tus posesiones, aunque aquello terminó, quedan nuestros corazones, dice aun el cantar. Existió una ermita dedicada a La Peregrina, que poseía molino y tierras, para servicio de los caminantes, y una vez derruida, la imagen fue llevada al altar mayor de la iglesia con el nombre de Nuestra Señora de la Paz, cuya festividad se celebra el 2 de julio. La advocación a la Virgen Peregrina, es muy antigua y fue extendida por los franciscanos. Ya hemos encontrado una Peregrina en Portilla de la Reina y es la más famosa la advocación de la iglesia de San Francisco en Sahagún. Un curioso pleito entablado entre herederos de una finca y la Virgen Peregrina de Carvajal, hizo que la Virgen perdiera el pleito y fuera castigada a devolver el terreno, todavía hoy, conocido como finca del pleito y recordado por un cantar popular.
Partimos de Carbajal por la carretera y a un kilómetro aproximadamente nos desviamos por un camino que parte de la margen izquierda de la misma, justo al lado de una hornacina con una imagen de la Virgen Peregrina. Este camino nos lleva hasta Villacidayo pasando por los dos molinos que había en esta vega.
Siguiendo nuestro camino, entramos en Villacidayo (Villa de Cidaio), donde se encontraron restos de cultura lítica prehistórica en los alrededores del pueblo. En la parte alta del edificio de la iglesia, lado norte, hay una piedra labrada con letras de corte clásico y la representación de un águila, ilegibles desde abajo, porque parece estar invertida.
Cruzamos el pueblo y salimos por la carretera. A menos de 200 metros volvemos a incorporarnos a un camino de concentración que parte de la margen izquierda de la carretera y nos lleva en línea recta hasta la entrada al pueblo de Gradefes
En mitad de estos campos de ribera que estamos cruzando, vemos a nuestra derecha el pueblo de Villanófar (Villa Noufar o Nofal), donde se conserva en la iglesia una imagen de Santiago Matamoros, procedente de una ermita dedicada a Santiago, que estaba en las afueras. La imagen bien merece una restauración que arregle la pata del caballo atada con alambres y la espada del Santo Héroe, amarrada con cuerdas. En este lugar se repite la leyenda de la Batalla de Clavijo, hipotéticamente librada en los campos del pueblo y la liberación de El Tributo de las Cien Doncellas, aceptado por los reyes asturianos. Se celebra aun la festividad el día del Santo Apóstol Santiago, 25 de julio. Un manantial que surge de una roca, llamada La Fuente de los Moros que nos recuerda también la leyenda. En el templo parroquial hay pinturas de estilo rococó en la cúpula, fechadas en 1772, con la representación de los cuatro doctores de la Iglesia y cuatro virtudes de gran interés.
El camino que nos ha traído desde Villacidayo desemboca en la carretera unos metros antes de entrar en Gradefes, lugar de encuentro y descanso a la sombra espiritual del monasterio cisterciense. A la salida del pueblo, en la izquierda, hay un edificio municipal cuyo primer piso está dedicado a Albergue para que pernocte el peregrino.
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