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ETAPA CARBAJAL DE RUEDA – VERDIAGO

Amaneció un día primaveral en febrero, frio a primera hora y calor en las horas centrales. Calor que nosotros comenzamos a sentir en el primer kilómetro de etapa, recién abandonado el pueblo de Carbajal de Rueda.

Pero primero, antes de comenzar a caminar, saludamos a los compañeros de León, que bajaban de la iglesia parroquial de hacer la visita a la virgen peregrina que en ella se venera. Nos hicimos las fotos de rigor y comenzamos a caminar. Cada uno a su ritmo, pero la frescura del inicio nos acerca rápidamente a Santibáñez de Rueda, donde abandonamos el asfalto viejo de la carretera para adentrarnos por los caminos agrícolas más cómodos para nuestros pies, y más protegidos por la vegetación del sol y de la leve brisa fresca que aún sopla procedente de las montañas que tenemos siempre de frente y al norte.

El camino de deja Pesquera a un lado y nos lleva hasta Modino y hasta su ermita de San Pelayo muy venerada por los peregrinos católicos y desde donde vamos por dos Caminos de peregrinación, el Lebaniego y el Viejo Camino, ya que desde aquí, y hasta Cistierna, coinciden en el trayecto. Trayecto que cruza el Esla por el puente del Mercadillo y entra en Cistierna por la zona del polideportivo y camping, que podemos aprovechar para buscar un lugar para pasar la noche, ya que el albergue de Cistierna está ocupado por refugiados de Ucrania.

En Cistierna, podemos sellar la credencial, cualquier establecimiento hotelero lo hace y si queremos el sello de esta Asociación, lo tienen en el Ayuntamiento y en el Museo del Ferroviario, donde está la oficina de información turística. Pero estamos en el medio día y podemos hacer algún trayecto más, por lo que continuamos de desde Cistierna en dirección norte, adentrándonos en la Cordillera cantábrica por los caminos que utilizó Augusto en su guerra contra los cántabros. Cruzamos el Esla, de nuevo, por un puente de hierro, lo que queda de una línea férrea que bajaba el carbón des las minas hasta la estación del ferrocarril de Cistierna.

Llegamos a las ruinas de la pasada industria minera, en las que hubo una planta de procesado y clasificación de carbón, donde también se preparaban las piezas de carbón coque, listas para avivar el fuego de los Altos Hornos de Vizcaya. Una pena de ruinas, a escasos 2 km de un museo de la minería, en las que generaciones futuras podrían haberse ilustrado en estos procesos con la materia prima que propicio la Revolución Industrial.

Pasmos luego por la entrada al pueblo de Sabero, donde está el Museo de la Siderurgia y de la Minería de Castilla y León, pero esta vez no tenemos tiempo para visitarle, vamos sobre el horario previsto. Cruzamos la playa fluvial y las instalaciones de aguas bravas de Alejico, donde nos adentramos en una angosta senda, pero muy agradable de andar, entre el Esla y la montaña, que nos deja a las puertas de Verdiago, donde damos por concluida la etapa.

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